El caso “Masa-Mía Cepeda” fue solo la punta del iceberg de un mar de
morbosa descarga sexual que desde la pantalla chica bombardea el pudor
de mucha gente y que es cada vez más frecuente.
Desde hace un
tiempo las escenas son perceptibles cuando se cambia de un canal a otro:
besos en la boca, manoseos, bailarinas enfocadas sin tapujos en las
pompis (con evidente morbosidad de los camarógrafos) y, sobre todo,
expresiones subidas de tono forman parte de la cotidianidad de muchos
programas de producción dominicana.
“No todo está permitido en
televisión. Y menos cuando las cosas que se hacen son en busca del
rating”, opina Judith Leclerc, conductora del programa televisivo “Mil
historias” (CDN), quien inició la campaña por Twitter #miafueradelatv.
Con
su iniciativa, Leclerc pide que el travesti Mía Cepeda corra la misma
suerte de Jesús Gil (Masa), expulsado de Telemicro tras tocar las partes
íntimas de su colega durante un programa que se transmitía en vivo a
las 6:00 de la tarde por el canal 15.
Sin embargo, el mercadólogo
Pablo Ross entiende que en el país hay una doble moral que saca a Masa
de la pantalla y además quiere a Mía fuera cuando otros son iguales o
peores.
“Que la sociedad se quite la careta y que tome una
decisión definitiva en torno a los gays y el uso de los medios de
comunicación: o ponerlos en una franja horaria, prohibirlos
definitivamente o aceptarlos en cualquier horario, pero sin doble moral y
sin censura”, sostuvo Ross.
Luego agrega: “Yo no creo en la
censura de Masa o de Mía, mientras comunicadores como Álvaro Arvelo
estén en el aire y mientras todos nosotros, incluyéndome, estemos
diciendo vulgaridades en los medios de comunicación a cualquier hora”.
Los
sexólogos están alarmados por lo que se proyecta sobre sexo en la
televisión, además de la invasion de gente que trata el tema sin ser
profesional.
“Es lamentable que eso esté pasando y no se esté
haciendo nada al respecto”, comenta el sexólogo Ramón Emilio Almánzar,
del Centro Vida y Familia.
Almánzar favorece una regulación para
determinar lo que está bien y mal frente a las cámaras; luego establecer
las sanciones, indicó. “Ahora eso se está dejando al criterio y al
juicio de cada persona, y por eso se están viendo estas situaciones que
llaman a preocupación y reflexión social”.
Comentarios
El experto lamenta “que muchas personas expongan sus impulsos
emocionales, personales y sexuales sin ningún tipo de control”. Según su
crierio, buscan llamar la atención y ganar algún tipo de sitial en el
mercado.
De acuerdo con su experiencia, al analizar el caso
“Masa-Mía”, “hay muchas personas que tienen algún tipo de trastorno de
personalidad, que están en los medios y simplemente no se miden”.
Responsabilidad
Masa, agrega, tiende a ser “una persona efusiva con su forma de
expresar cosas hasta que llegó a un límite, porque todo el mundo tiene
un techo y parece que ese problema de impulso que tiene mucha gente a
veces se le va de las manos y tiende a meter la pata”.
Llama a
tener cuidado “porque una cosa es hablar de sexo de manera objetiva y
otra cosa es hablar de lo que cada quien entiende lo que es el sexo y de
lo que son sus parámetros personales”.
Para Almánzar, los medios
de comunicación son una vía de llevar información a cualquier público,
por lo que la responsabilidad del comunicador debe ser mayor.
“Tú
no sabes quién te está viendo, te está escuchando o te está leyendo; uno
tiene que tener cuidado, uno tiene que limitarse en algunas ocasiones
por el hecho de que uno no sabe quién está viendo, quién está
consumiendo ese material”, señala.
El sexólogo añade que el hecho
de que a veces se vea en la televisión a comunicadores que distorsionan
la sexualidad es un reflejo de lo que pasa al interior de la sociedad.
“En
las casas, en la calle, en los trabajos se vive una sexualidad muy
distorsionada, un mensaje que no es el mensaje que se debe de dar;
todavía se está viviendo una distorsión grande con lo que se supone que
debe ser el sexo”, indica.
Además de la exhibición sexual
distorsionada, Almánzar ve que en la radio y la televisión hay quienes
se hacen pasar por expertos “hablando de sexo que no tienen los
conocimientos necesarios” porque no han estudiado sobre el tema en una
universidad o centro especializado.
“Una cosa es un especialista
que hable de sexo y otra es una persona que crea que sabe de eso y que
se sienta que se la está está comiendo y que al fin y al cabo termina
haciendo un disparate”, comenta.
Almánzar reitera la necesidad de
una regulación porque “aquí cualquiera se sienta en un medio de
comunicación y habla lo que le da la gana; no es que haya censura, pero
sí hay que regular, saber a quién se le da permiso para hablar de un
tema como el sexo”.
(+) MICHAEL MIGUEL SE HABÍA PRONUNCIADO
Michael Miguel Holguín
se había pronunciado, hace un tiempo, escandalizado por unas imágenes
lésbicas que a media mañana había proyectado el programa de Mía Cepeda
por Digital 15. “Eso no es posible, es una falta de respeto a la familia
dominicana”, dijo entonces en el mismo canal.
Según él: “Ha
llegado la hora de acelerar el código de las comunicaciones, que es un
documento legislativo que está estancado, que tiene tres años y medio y
que uno no lo siente”.
En la comunicación del país no
puede imperar “el caos y la inmoralidad que impacta a nuestras familias,
a nuestros niños. Y no es que yo sea homofóbico o que yo prive en más
serio. No es un asunto de seriedad, es que la familia, la sociedad
dominicana se nos está yendo de las manos”.
(( Fuente ► Listin Diario ))